Movimientos de transición, la técnica oculta

En una técnica le solemos dar mucha importancia a la finalización de ésta, sobre todo los principiantes y los practicantes que se dedican a la competición. En esa expresión técnica, sólo se muestra estética y no eficacia. Todos hemos visto en los competidores de katas de Karate u otros competidores de cualquier sistema la velocidad que alcanzan, pero también vemos que están más preocupados en el impacto final que en el proceso. En el caso de los principiantes, éstos no tienen en cuenta la limpieza y línea de ejecución, por desconocimiento y falta de consciencia corporal.

El Maestro José Navarro realizando una técnica de Tai Chi

Una técnica no es sólo el punto donde se produce el contacto, y donde no pasa nada desde la salida hasta la finalización. Debemos tener consciencia del gesto en todo su trayecto y qué ocurre también con la parte pasiva o de apoyo. Estos gestos de transición o de recorrido son muy tenidos en cuenta en las arte más “internas” como el Tai Chi, donde el proceso es tan importante, sino más que el resultado final. La lentitud del movimiento, quizás ayude.

Si observamos una técnica vemos que hay un punto de salida, una trayectoria y un punto de finalización. También podemos ver que habitualmente usamos todo el cuerpo, casi nada queda al margen, y todas las partes, a la vez, tienen su función.

El autor practicando Kenjutsu

Introducir la consciencia es vital para desarrollar una técnica completa y así poder desarrollar un arte marcial de calidad. Podemos pensar por ejemplo que un ataque directo es lo que hacemos con los puños o con el tren superior del cuerpo. Los artistas marciales con más experiencia saben que el puño es solo el transmisor de la fuerza que se produce en las piernas, caderas, tronco, etc… Por tanto, a la hora de realizar o estudiar cualquier técnica debemos tener en cuenta todo esto.  Cada milímetro del gesto debe estar lleno. La parte es menos que el todo. Hemos descrito la técnica es su aspecto mecánico pero afortunadamente una técnica esta compuesta de más factores, tales como la atención dirigida, el estado de ánimo, la respiración, etc… A estos aspectos se les suele poner la categoría de “Internos”, sin embargo, forman parte de ese todo al cual nos referimos. Si analizamos la palabra técnica nos encontramos con la siguiente definición:

La palabra técnica proviene de téchne, un vocablo de raíz griega que se ha traducido al español como “arte” o “ciencia”. Esta noción sirve para describir a un tipo de acciones regidas por normas o un cierto protocolo que tiene el propósito de arribar a un resultado específico, tanto a nivel científico como tecnológico, artístico o de cualquier otro campo. En otras palabras, una técnica es un conjunto de procedimientos reglamentados y pautas que se utiliza como medio para llegar a un cierto fin.

Como podemos ver, una técnica no es sólo un conjunto de gestos físicos, sino que también encuadra la función de la misma y para ello debemos tener presentes todos los medios descritos. Si lo trasladamos al mundo marcial destacaría como principales tres:

– La forma.

– La función desde un punto de vista biomecánico.

– La expresión de una idea, emoción o sensación.

Moverse con la totalidad y derramar esa totalidad en el movimiento nos posiciona en una técnica superior ya que los movimientos de transición nos organizan. Es en los gestos “ocultos” o de transición, donde podemos ver y sentir que el arte marcial (Karate, Tai Chi, Wushu, etc) es un Budo, ya que nos ayuda a aumentar nuestra capacidad.

 

José Navarro Parra
Instructor de Artes Marciales
en Gimnasio Kidokan Sevilla
y Dojo Kobukan

 

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