Todos tenemos una idea sobre lo que son las artes marciales, sobre su historia y su razón de ser, pero… ¿de verdad nuestra visión de las artes marciales es la correcta? ¿es cierto todo lo que nos han inculcado? A menudo, cuando imparto mis clases, surge alguna pregunta que en realidad tiene varias respuestas posibles. Es en estos momentos cuando aparece como solución al problema una palabra mágica que deberíamos utilizar más a menudo: «depende». La Teoría de la Relatividad de Einstein nos dice que los objetos en el espacio y el tiempo tienen un comportamiento que es siempre relativo al observador, es decir, que un mismo suceso puede ser diferente para dos observadores distintos. ¿Qué ha pasado entonces con ese objeto? Pues… depende. Por otro lado, una misma ecuación matemática puede tener diferentes soluciones, y si le preguntamos a cualquier matemático cuál es la correcta su respuesta será rotunda: ¡todas son correctas!. Si en un campo tan reglado y medido como el de la ciencia es tan difícil encontrar respuestas únicas, en el mundo marcial también lo es. Por eso os presentamos a continuación 3 preguntas fundamentales para las artes marciales a las que no se puede dar un respuesta definitiva.
1.¿Qué es un arte marcial?
Empezamos fuerte. Seguro que ahora mismo estás pensando que tú tienes claro lo que es un arte marcial. Es un concepto que instintivamente tenemos claro todos… hasta que empieza a difuminarse en nuestra mente. Generalmente, cuando decimos «arte marcial» todos nos referimos al Karate, el Kung Fu, el Aikido, el Judo, el Taekwondo… pero en realidad ninguno de esos sistemas se ha forjado en la guerra, en algunos casos ni siquiera tienen ninguna relación con el combate real. Etimológicamente, el concepto de «marcial» debería traducirse como relativo al dios Marte y, por tanto, a la guerra. Pero en realidad el concepto «arte marcial» es una traducción occidental más o menos libre de la palabra japonesa «Budo» y también del término chino «Wushu». En ambos casos, su significado literal viene a ser el «método o vía del conflicto». Incluso si nos fijamos en los ideogramas con los que se escriben, podemos ver una referencia a «detener el conflicto». En ese caso, cualquier sistema destinado al combate o la defensa personal puede ser considerado un arte marcial.
Pero todo esto es referido a términos orientales. ¿Podemos incluir dentro de las artes marciales los sistemas creados fuera del lejano oriente? ¿Son el Krav Maga israelí o el Brazilian Jiujitsu artes marciales? En este caso te cuesta más dar una respuesta ¿a que sí? Incluso el Jiujitsu brasileño tiene orígenes nipones, pero…

¿Judo o Brazilian Jiujitsu?
Bueno, supongamos que consideramos requisito indispensable que el sistema en cuestión sea originario del lejano oriente (lo que descartaría el Krav Maga y dejaría el Brazilian Jiujitsu en una permanente duda). Además, se atribuyen a las artes marciales una serie de valores relacionados con la filosofía de esta región del mundo. Los deportes de combate no suelen considerarse artes marciales precisamente por no ser orientales y adolecer de la ausencia estas bases filosóficas, pero ¿y el Muay Thai? Sin duda cumple todos los requisitos como arte marcial, pero en realidad el Kickboxing no se diferencia demasiado. ¿El Muay Thai es un arte marcial por ser oriental y el Kickboxing un deporte por ser occidental? Puede ser. O puede que no.
Aún considerando el Kickboxing un deporte: ¿no lo es también el Taekwondo, el Judo, el Kendo y, en ocasiones, el Karate o el Wushu? ¿Son el Judo, el Taekwondo, el Karate, el Kendo y el Wushu artes marciales o deportes? Y en todo caso ¿son «más arte marcial» que el Krav Maga o el Brazilian Jiujitsu? Recientemente se ha celebrado un importante Torneo Internacional en Okinawa con la participación y el beneplácito de muchos de los guardianes del karate tradicional okinawense. ¿Cómo diferenciamos deporte y arte marcial? En fin… a mí me parece que es muy difícil decidir qué es un arte marcial y que no. ¿Y a ti?
2. ¿Dónde y cuándo se originaron las artes marciales?

Representación de Bodhidarma
Ésta nos la sabemos todos. Un monje llamado Bodhidarma (Daruma) partió de la India hacia China y llegó al monasterio de Shaolin, dónde enseñó a los monjes un sistema de meditación y combate que les fortaleció física y mentalmente, sentando así las bases de las artes marciales. Eso nos han dicho, pero… llegó a China en el siglo VI d.C. ¿Y antes? ¿Nada de nada? Pensar que hasta ese momento no se habían desarrollado sistemas de combate es, simplemente, ridículo. En la misma China, hay muchas referencias anteriores a métodos de combate que, evidentemente, también se veían influidos por la filosofía y la forma de pensar de su tiempo. Pero, en todo caso, Bodhidarma debió aprender su sistema en la India ¿no? ¿Se originaron allí las artes marciales? Algunos estudiosos y maestros de artes marciales, como el karateka Kanazawa Hirokazu Sensei, opinan que las artes de combate de la India se basaron el el Pankration griego, que llegaría a la región con Alejandro Magno en el siglo IV a.C. Así podríamos seguramente seguir retrocediendo en el tiempo por diversas vías.
En realidad, desde que el hombre es hombre (y antes) ha habido conflictos físicos y es lógico que el ser humano se preparase desde muy pronto para ellos, tanto individual como colectivamente. Y no solo en China, sino en el resto del mundo también. Así que, si quieres encontrar el origen puntual de las artes marciales no busques más, porque no lo vas a encontrar. Se perdió en el tiempo.
3. ¿Cuál es la finalidad de las artes marciales?
Aquí si que hemos pinchado en hueso, y podemos aplicar en todo su esplendor la Teoría de la Relatividad de Einstein. ¿Cuál es la finalidad… para quién? ¿Cuándo?
Es una suposición bastante lógica que en su origen (cuándo y dónde fuese) el objetivo de las artes marciales era el combate y, por supuesto, la batalla. Esto es difícilmente rebatible. Y durante mucho tiempo, en todas las civilizaciones, la guerra ha sido una constante, promoviendo la preparación de los guerreros y, por tanto, siendo el caldo de cultivo y fin casi único de las artes marciales.
Pero con el progreso, el desarrollo físico y las destrezas que conlleva la práctica se fue convirtiendo en un fin en sí mismo. De hecho, las modalidades competitivas o «deportivas» asociadas a las artes guerreras se fueron desarrollando muchos siglos atrás. Los enfrentamientos pugilísticos, por ejemplo, como forma de enfrentamiento no violento, tienen unas profundas raíces en el pasado y constituían a la vez un evento pseudodeportivo, un espectáculo y un acto social. Y en China, la danza con espada fue una forma de arte muy cultivada desde el siglo VII d.C. Esto nos lleva además a un componente estético de las artes marciales.
Este desarrollo físico, por un lado, y los estudios de Medicina Tradicional China sobre la acupuntura, por otro, establecieron una relación causa efecto entre la práctica de artes marciales y la vida saludable. Los mismos puntos que se usaban para curar podían emplearse para hacer daño, de manera que el estudio de la medicina y las artes marciales se entrelazó irremediablemente.
Finalmente, con el progreso las guerras fueron cada menos frecuentes, y las armas de fuego terminaron por relegar a un segundo plano a las artes marciales tradicionales, recluyéndolas en el ámbito doméstico y convirtiéndolas más en una medida de prevención que en una necesidad real. Los guerreros tenían ahora tiempo para la reflexión, lo que introduce un componente filosófico en las artes marciales que se acrecentaría durante el siglo XX, en el que los métodos de combate se transforman en una herramienta de los estados asiáticos para la educación (y adoctrinamiento) de la población.

Cada practicante tiene finalidades diferentes según su personalidad, sus intereses, su edad…
Hoy en día, cada practicante tiene una finalidad diferente, que bien puede ser el combate, el deporte, el arte, la salud, el desarrollo personal… y muchos otros. Incluso un mismo practicante persigue objetivos distintos a lo largo de su vida, y tal vez su práctica pueda ser una forma de medirse con los demás en su juventud, una búsqueda de desarrollo personal o un método de autodefensa en su madurez y una forma de mantener y mejorar su salud en la senectud. En cualquier caso, como un suceso en el espacio-tiempo depende directamente del observador según Einstein, la finalidad con la que se practican las artes marciales depende, sin lugar a dudas, del practicante.
En resumen, no es tan sencillo responder a preguntas clave sobre las artes marciales, lo que es solo una muestra de su complejidad y de su profundidad. Así que, a partir de hoy, cuando te pregunten qué es un arte marcial, cuándo y dónde se originaron o cuál es su finalidad, en realidad ya tienes una respuesta que puede resultar (o no) satisfactoria:
¡depende!
Juan Antonio García Ruiz
www.karatekidokan.com
Pingback: Preguntas sobre las Artes Marciales | Ser Como El Agua
Hola. A mi modo de ver, esas preguntas se responden de la misma manera:
1. Como mismo lo plantea la traducción, un arte marcial es un sistema de defensa ante situaciones de agresión (lucha, guerra, conflicto). En ese sentido, toda actividad que cumpla esas características debe ser reconocido como un arte marcial, sin importar el momento o lugar de surgimiento, porque lo importante en este caso es la actividad si cumple con la esencia para la cual surgió.
2. En concordancia con lo anterior, es imposible definir cuando y donde surgieron, ya que existen múltiples que han visto la luz en diferentes contextos geohistóricos. No obstante, es necesario reconocer que la mayoría ha surgido en la época feudal (más menos) del continente asiático, pero no por ello se puede generalizar.
3. La finalidad de las artes marciales, por su propia esencia, es defenderse de las agresiones (psicológicas o físicas) ya que en su preparación integral se incluyen todas las dimensiones en las que interviene el organismo humano. Esa finalidad no cambia, solo que se adapta a diversos contextos (competencia deportiva, desarrollo personal, salud, etc.) entendiendo que cualquier situación que afecte el organismo se asume como una agresión, para lo cual es indispensable defenderse.
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