Las 7 maravillas del mundo marcial: un viaje por la historia

(artículo publicado en El Budoka 2.0)

Todo el mundo ha oído hablar de las 7 maravillas del mundo antiguo. Incluso recientemente se han determinado los 7 lugares más impresionantes de la era moderna. Pero tu mundo, como mi mundo, es el de las artes marciales. Así que quiero proponerte un viaje a través del tiempo visitando 7 de los lugares más imprtantes de la historia de las artes orientales de combate. Haz las maletas y acompáñame en este extraordinario recorrido por el espacio y el tiempo. ¡Buen viaje compañero!

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Éste es el viaje que proponemos por la historia de las ates marciales

 

1. Región de Kerala (India)

 

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La región de Kerala ¿origen de las artes marciales?

¿Qué te parece si empezamos por unas playas encantadoras, un clima tropical y una cultura exótica? Todo eso es lo que nos ofrece la región de Kerala, en la costa de la India. La mitología hindú considera al dios Panashurama el padre de todas las artes marciales, y le atribuye también la existencia de Kerala, que emergió del mar cuando Panashurama arrojó su hacha a las aguas. El Kalaripayattu es el sistema de combate propio de esta zona del mundo, y muchos creen que el monje Bodhidarma lo llevó a China, dando lugar a las artes marciales del lejano oriente. La tradición oral de la India sitúa el origen del Kalaripayattu en fechas cercanas al año 3000 a.C., aunque no hay documentos que lo corroboren. Es un sistema muy atlético, basado en un amplio y versátil arsenal de armas, en el que se usan posiciones muy bajas y son frecuentes las carreras y los saltos acrobáticos. Hoy en día se ha convertido en un reclamo turístico por su espectacularidad, pero… ¿sería realmente el primer arte marcial de la historia? En Kerala está la respuesta.

 

2. El Monasterio de Shaolin (China)

 

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El mítico monasterio de Shaolin

Como hemos señalado, Bodhidarma viajó a China desde la India. ¿Qué tal si seguimos sus pasos? Su camino nos lleva al famoso monasterio de Shaolin. En su viaje, Bodhidarma llevaba consigo los preceptos de lo que sería el Budismo Zen. Pero también se dice que, en vista del mal estado físico en que se los monjes debido a los largos períodos de meditación, comenzó su instrucción en las artes de lucha. Esta unión entre filosofía y combate es considerada por algunos el inicio de las artes marciales tal y como las concebimos hoy en día. También se difundieron entre la población china las míticas proezas físicas de los monjes de Shaolin, lo que propició que su forma de pelear fuera una referencia durante mucho tiempo en todo el país. Es la base de los llamados estilos del norte, que a veces se llaman también estilos externos. Todavía hoy, muchos artistas marciales peregrinan al Monasterio de Shaolin en busca de conocimiento y sabiduría, o con la intención de desentrañar el secreto de su legendario arte.

 

3. Montes de Wudang (China)

 

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Imagen mágica de las montañas de Wudang

Las montañas de Wudang se encuentran también en China, algo más al sur que Shaolin. Existen diferentes conjuntos monumentales que albergaron durante siglos a varias colonias de monjes taoístas. Además de seguir el tao, o como parte de este camino, los monjes desarrollaron también unos métodos de combate propios, que dieron lugar a los estilos de lucha del sur de China, y a los sistemas que solemos llamar internos, como el Pakua o el Tai Chi Chuan. Muchos practicantes acuden actualmente a Wudang buscando inspiración en su práctica. Tal vez nosotros deberíamos hacer lo mismo.

Por cierto, ¿ya te has dado cuenta? Shaolin es budista y Wudang taoísta. En Shaolin se practican los estilos externos y en Wudang los estilos internos. Shaolin está en el norte y Wudang en el sur. ¡Esto es China amigo: Yin y Yang!

 

4. La isla de Okinawa (Japón)

 

Karate en el Castillo de Shuri

Precisamente frente a la costa del sur de China se encuentra Okinawa, la isla principal del archipiélago de las Ryu Kyu, la región más meridional de Japón. Podríamos llegar hasta allí a través de una agradable travesía en barco. La extensión de toda la isla es de tan solo 1200 km2 (más pequeña que la ciudad de Londres) pero en ella surgió una de las artes marciales más importantes en el mundo actual: el Karate. En la historia de Okinawa y sus habitantes podemos observar que en varias ocasiones se promulgó la prohibición de usar armas de combate, lo que empujó sin duda a los okinawenses a prestar atención a las artes de lucha de mano vacía.
Durante muchos siglos el Reino de las Ryu Kyu era totalmente independiente. Sin embargo, estuvo influenciado por China hasta el siglo XVII, cuando tuvo lugar la ocupación por parte del Imperio japonés. La cultura autóctona, así como la influencia chino-japonesa, han sido el crisol en el que el karate ha ido tomando forma y creciendo con una identidad propia hasta convertirse en una de las artes marciales más practicadas en todo el mundo. Por cierto, los okinawenses son muy longevos. ¿Será el Karate su secreto?

 

5. Butokuden (Japón)

 

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La casa del Budo: Butokuden

Okinawa se convirtió en una provincia japonesa cuando el “País del Sol Naciente” se vio obligado a modernizarse a finales del siglo XIX, iniciando un proceso que se ha llamado Restauración Meiji. Japón pasó una organización feudal regida por el Shogun a ser dirigido por un gobierno al modo occidental, que encabezaba un potente aparato administrativo que controlaba todas las áreas en el nuevo estado.
Para gestionar las artes marciales (y utilizarlas con fines políticos y nacionalistas, dicho sea de paso) se creó la Dai Nihon Butoku Kai o Gran Sociedad Japonesa de las Artes Marciales. Este organismo regularizó las diferentes artes niponas. Entre 1895 y 1899 se construyó un enorme dojo en la ciudad de Kyoto, el Budo Senmon Gakko o Butokuden (Colegio de Artes Marciales), que se convirtió en el símbolo del Budo japonés.
Desde el Butokuden se controló el desarrollo de las artes marciales, algunas tan importantes como el Judo, el Kendo, el Karate Do o el Aikido. En nuestros días, la dimensión de las artes japonesas ha sobrepasado a nivel mundial las posibilidades del Butokuden, pero es visita obligada de todo artista marcial que viaja a Kyoto. Por cierto: abonando unas tasas podríamos participar en las clases que se siguen impartiendo en sus instalaciones, y al contarle este viaje a nuestro nietos les dirímos: “¡yo practiqué en el Butokuden!”

 

6. Auditorio de Long Beach (Estados Unidos)

 

Cartel del primer Torneo Internacional de Long Beach

Pero las artes marciales no se quedaron en oriente. Se extendieron por todo el mundo a través de diversas vías, y en ocasiones se adaptaron a la mentalidad occidental. Por eso este recorrido por la historia prosigue con un largo trayecto en avión. ¿Nuestro destino? El Condado de Los Ángeles, California, 1964. Long Beach es una población de menos de 500.000 habitantes que iba a convertirse en el centro mundial de las artes marciales. Allí en donde Ed Parker organizó su famoso Torneo Internacional de Karate. A pesar de su nombre, no era solo para karatekas, sino que en realidad estaba abierto a luchadores de cualquier sistema. La primera edición no defraudó y tuvo una gran repercusión, hasta el punto de que el torneo siguió repitiéndose año tras año, adquiriendo una gran fama y prestigio.
Allí se plantó la semilla que daría lugar posteriormente a deportes de contacto como el full contact, el kick boxing o las populares MMA (Mixed Martial Arts). Y allí se dieron cita míticos luchadores: Chuck Norris, Bill Wallace, Joe Lewis, Benny Urquídez… y también Bruce Lee. Fue en 1967 en el Auditorio de Long Beach, durante una exhibición, donde el pequeño dragón demostró su «puñetazo de una pulgada», que le dio a conocer como artista marcial. ¿Es suficiente todo esto para considerar Long Beach un lugar de culto de las artes marciales modernas?

 

7. Pabellón París-Bercy (Francia)

 

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Hoy se sigue celebrabdo el Festival de Artes Marciales del París-Bercy

La última escala de nuestro viaje será una ciudad icónica en muchos ámbitos: París, la puerta por la que las artes marciales entraron en Europa. Fueron los franceses los primeros europeos en interesarse por los métodos de lucha asiáticos, y consiguieron que muchos maestros dieran a conocer sus sistemas, primero a través de demostraciones y cursos y luego estableciéndose en Europa de forma permanente. A mediados del siglo XX, para conocer ciertas artes marciales era necesario viajar al país galo, como hemos hecho nosotros ahora. Pero además desde allí se realizó una magnífica labor de divulgación a través de muy diversos libros y revistas. “Karate Bushido” o “Budo” son algunas de esas publicaciones en papel couché que desde los años 70 dieron a conocer las artes marciales en Francia y en muchos otros países del viejo continente.

Pero con el paso del tiempo, el papel fue dando paso a otros formatos. Reconozco que aún conservo varios videos (grabados en el obsoleto VHS) de las mayores y más espectaculares demostraciones de artes marciales que se han celebrado en Europa: las realizadas en el Festival de Artes Marciales de Paris-Bercy. En las 32 ediciones celebradas hasta ahora, muchas artes y maestros se han presentado en sociedad a toda Europa. ¿Qué mejor punto y final a nuestro trayecto que sacar un par de entradas y sentarnos en los asientos del “Palais Omnisports de Paris-Bercy” a disfrutar de nuestra pasión por las artes marciales?

 

Lamentablemente, esta maravillosa aventura llega a su final, y toca volver a casa. Hemos dado una vuelta completa al planeta y hemos conocido, en distintas épocas, lugares que fueron determinantes en el desarrollo de las artes marciales que se practican hoy por todo el mundo. En nuestra maleta traemos muchísimas cosas, entre ellas: el hacha de Panashurama, una túnica naranja de Shaolin, la calma interna que inspiran las montañas de Wudang, el secreto de la longevidad de los habitantes de Okinawa, una foto practicando en el Butokuden, un golpe de puño de solo una pulgada y un ticket recuerdo del Festival de Artes Marciales del Bercy. Solo resta despedirse. ¡Ha sido un placer viajar contigo!

 

Juan Antonio García Ruiz
http://www.karatekidokan.com

 

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